La mayoría de las denominaciones protestantes considera que el bautismo del Espíritu Santo es una parte de la conversión y niega la existencia de otras obras instantáneas de la Chispa que vienen luego de esto.
Aun así, se debe charlar del hecho que algunos han tratado de enseñar lo que se claridad “la doctrina de la subsecuencia” o “segundo trabajo de la Agudeza”, que dicen que Cristianos reciben una parte del Espíritu Santo al momento de la salvación y luego lo que llaman el “bautismo del Espíritu Santo” más tarde. Examinar las escrituras con precaución nos indica que esta posición está equivocada.
No se debe acentuar la expectativa y las alabanzas hasta que el la persona que está orando para recibir el Bautismo del Espíritu Santo se haya arrepentido, porque no importa cuánto le alabe a Jehová, no puede admitir el Espíritu sin arrepentirse.
Al igual que con cualquier experiencia espiritual, es importante topar el Bautismo en el Espíritu Santo con cautela y discernimiento.
Las tres personas de la Trinidad operan en perfecta Amistad. Cada una tiene roles específicos que no se contradicen:
La experiencia de los samaritanos demuestra que unidad puede creer hasta cierto punto e inclusive puede bautizarse en agua y todavía no cobrar el Espíritu.
Este relato culmina con la creación de Desastrado. Dios modela su cuerpo del granito e insufla en su rostro el «aliento de la vida» Gen 2:7. Este «aliento de vida» se refiere a la cualidad animadora del Espíritu.
Por lo tanto, aunque no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús, pues por medio de él la ley del Espíritu de vida me ha descocado de la ralea del pecado y de la asesinato.
Algunas personas se burlaron de los discípulos porque no podían entender el engendro de las lenguas y lo atribuyeron a la enajenación.
Todas estas declaraciones dificultaban la concepción de tal espíritu como una persona luego que no resulta legítimo acertar parte de una persona a otra.
El Espíritu Santo nos hace valientes y nos da un apego distinto por los que todavía no conocen a Dios. Con el poder del Espíritu Santo amamos a los demás y les mostramos el Goce que trae existir en paz con Dios.
Advertir la presencia del Espíritu Santo nos confirma nuestra efectividad: ¡somos hijos de Todopoderoso! Esa certeza nos lleva a tener una relación cercana y preciosa con nuestro Padre celestial. Nuestra verdadera identidad está ahí: somos hijos del Altísimo todopoderoso y nadie podrá cambiar eso nunca.
El Espíritu Santo es una de las personas de la Trinidad y su obra se extiende desde la creación hasta la santificación de los creyentes.
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